A vueltas con la obsesión…

Un pequeño retazo. Por Enrique Cortés. La clínica nos enseña cómo el obsesivo construye un Otro cruel, otro del cual quejarse de que no reconoce ni sus sacrificios ni sus méritos y que además se interpone,  impidiéndole gozar. Pero lo paradójico es que es él, el obsesivo, quien va a ser el cruel de los crueles,  mostrándose como una víctima sacrificial, quejándose de que es el Otro quien no le deja vivir. El lobo con piel de cordero. De manera tal que hace existir un Otro a quien dota de una demanda que es una demanda de muerte. Lo dota de una demanda de desaparición.